
Transformar un espacio anticuado en un entorno de trabajo moderno, eficiente y acogedor
Cada proyecto es una nueva oportunidad para transformar un espacio anticuado en un entorno de trabajo moderno, eficiente y acogedor. Demostrar que la arquitectura y el diseño pueden transformar no sólo espacios, sino también formas de trabajar, de relacionarse y de sentir orgullo por el entorno laboral.
La reforma de estas oficinas, ubicadas en la primera y segunda planta de una nave industrial, ha sido uno de esos casos en los que el reto era tan complejo como estimulante. Y el resultado, ha superado nuestras propias expectativas… y las del cliente.
Vamos a explicar cómo un enfoque estratégico, un diseño funcional y una ejecución cuidada pueden convertir un entorno deteriorado en un centro neurálgico de productividad y bienestar. Transformar un espacio anticuado en un entorno de trabajo moderno, eficiente y acogedor no solo es posible, sino necesario para el éxito a largo plazo de cualquier organización.
Cómo transformar un espacio anticuado en un entorno de trabajo moderno, eficiente y acogedor
Cuando nuestro equipo técnico visitó por primera vez las oficinas, nos encontramos con un espacio en un estado muy dejado y anticuado. Visualmente, las plantas presentaban una imagen desfasada, con materiales obsoletos, instalaciones eléctricas desordenadas y una distribución poco funcional. Pero más allá de lo evidente, el principal problema era técnico: toda la infraestructura eléctrica (sala CPD y cuadros eléctricos) estaba ubicada en la planta baja, mientras que los espacios de trabajo estaban situados en las plantas superiores. Esto suponía un auténtico reto de conectividad y suministro para poder dotar de energía a los distintos puestos de trabajo.
Sin embargo, en cuanto cruzamos la puerta, vimos el potencial. El espacio tenía luz, altura, estructura… Solo necesitaba una visión clara, un plan bien definido y una ejecución sin fisuras.
Necesidades por parte del cliente
Uno de los factores clave en el éxito de esta reforma fue la claridad en los objetivos por parte del cliente. Desde el primer momento, nos transmitieron la voluntad de:
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Ubicar la zona de trabajo y los despachos de gerencia en la planta 2.
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Reservar la planta 1 para una sala de reuniones funcional y una cantina que sirviera como punto de encuentro para empleados, atención a proveedores y clientes, y espacio de recepción para visitas de directivos holandeses.
Esa combinación de funcionalidad interna (para el día a día del equipo) y representatividad externa (para visitantes clave) fue una guía constante durante toda la fase de diseño.
Solución propuesta
Uno de los mayores aciertos de esta reforma fue replantear la distribución inicial. Originalmente, la planta 1 iba a albergar puestos de trabajo, pero tras una nueva propuesta presentada al cliente, decidimos trasladar allí la sala de reuniones. Este cambio no solo mejoró la funcionalidad del espacio, sino que también permitió dar una bienvenida más directa y profesional a los visitantes.
Además, diseñamos un separador acústico con el logotipo de la empresa integrado que aportó un toque distintivo y corporativo muy valorado por el cliente. Esta pieza, más allá de su función técnica, se convirtió en un elemento decorativo y de identidad visual muy potente.
La planta 2 se transformó en el núcleo operativo: puestos de trabajo equipados con mobiliario ergonómico, despachos con aislamiento acústico y una distribución abierta que favorece tanto la colaboración como la concentración.
No hay reforma exitosa sin pensar en el bienestar de quienes habitarán el espacio. Por eso, una de nuestras prioridades fue incorporar mobiliario tecnológico que mejorará el confort diario de los trabajadores. Cada puesto de trabajo se equipó con mesas elevables, permitiendo alternar entre trabajo sentado y de pie, una solución que no solo mejora la ergonomía, sino que también favorece la productividad y reduce el sedentarismo.
En cuanto a la acústica, un aspecto clave en oficinas abiertas o con múltiples funciones, apostamos por divisorias y cerramientos reforzados. El objetivo era claro: crear despachos y salas comunes que garantizarán privacidad y concentración, sin renunciar a la estética ni a la luz natural.
Además de la funcionalidad, trabajamos por completo la nave de almacén para unificar visualmente el conjunto y dar una imagen moderna y profesional.
Un punto clave fue la escalera de acceso a las plantas 1 y 2. Dado que la empresa no cuenta con una recepción tradicional, este acceso se convierte en la primera impresión para cualquier visitante. Decidimos renovar por completo la estética de la escalera, con un diseño sobrio y elegante, que refleja la identidad corporativa de la empresa y genera una primera impresión positiva e impactante.
En la planta 1, además de la sala de reuniones, diseñamos una cantina que no es solo un espacio para comer. Es un punto de encuentro, un lugar de pausa y de socialización. Este tipo de espacios son cada vez más valorados en las oficinas modernas, ya que fomentan la cohesión del equipo, la creatividad informal y la desconexión saludable.
Diseñamos esta cantina con materiales cálidos, iluminación agradable y mobiliario cómodo. El objetivo era que los trabajadores sintieran que tienen un lugar propio donde relajarse, charlar y compartir más allá de lo laboral.
Resultado final
Los objetivos marcados por el cliente se cumplieron con creces. La nueva distribución ha optimizado el uso del espacio, el confort de los empleados ha mejorado notablemente gracias a las soluciones ergonómicas, y la estética renovada ha generado un impacto muy positivo tanto en los trabajadores como en los visitantes.
La satisfacción fue tal que recibimos felicitaciones no solo del equipo de Barcelona, sino también de la dirección holandesa de la empresa. Ver cómo un entorno de trabajo deteriorado se transforma en una herramienta de motivación, atracción de talento y reflejo de los valores empresariales es, sin duda, la mayor recompensa.
Beneficios de transformar un espacio anticuado en un entorno de trabajo moderno, eficiente y acogedor
Transformar un espacio antiguo y deteriorado en un entorno de trabajo moderno, eficiente y acogedor no es solo una cuestión estética: es una inversión estratégica que aporta beneficios tangibles e intangibles a todos los niveles de una organización.
Reformar una oficina no es simplemente pintar paredes o cambiar muebles. Es repensar cómo queremos trabajar, cómo queremos relacionarnos, cómo queremos proyectar nuestra marca. En Prodeca Barcelona, entendemos cada reforma como un proceso de transformación cultural. Por eso, ponemos el foco tanto en las necesidades técnicas como en la experiencia humana.
Este proyecto ha sido un ejemplo de lo que ocurre cuando cliente y equipo técnico trabajan de la mano, con objetivos claros, comunicación fluida y confianza mutua. Gracias a ello, hemos creado un espacio que no solo responde a las necesidades operativas actuales, sino que está preparado para evolucionar con la empresa.
Seguimos adelante con nuevos retos, nuevos espacios y nuevas historias que contar. Porque en Prodeca Barcelona, creemos que construir espacios es también construir futuro.
Espero que te haya gustado y no te vayas antes sin leer este otro artículo que habla de cómo adaptar una identidad corporativa internacional a una nueva sede seguro que te gustará.